Autora: Mercedes Landaida Ortiz, Jefe de Cultura de Seguridad, Grupo de Empresas Turbus, Chile.
¿Qué es cultura de seguridad?, Tradicionalmente se piensa de ella,
cuando hay empresas donde los trabajadores se accidentan poco o mucho y
responsabilizamos a las personas encargadas de la seguridad. Desde una visión
más lineal, que es la más usada, los colaboradores son los agentes de la
seguridad y los cambios. Acá hacemos foco a la falta de atención, distracción,
apuro por terminar las tareas, experiencia laboral, entre otros. Sin embargo, cuando
leemos la bibliografía sobre este tema y vemos lo que se está viendo en países
desarrollados en estas materias, es
mucho más que personas, tasas, accidentes y estándares de seguridad.
Cultura de seguridad, está vista desde una visión sistémica de la
organización, definida como un contexto o centro de trabajo, que provoca
creencias compartidas en los trabajadores, generando comportamientos, que
terminan en prácticas a la hora de resolver problemas de seguridad. Por ende para
generar cambios conductuales debemos trabajar sobre el contexto.
Es una construcción social, según Simard, M. (1998), ya que los tipos de
cultura se definen por dos elementos: La participación de los empleados y la de
la gerencia, los cuales determinan cuatro tipos. El primero es el Fatalista,
donde la seguridad es de responsabilidad divina o fortuita, por lo que no hay
compromiso de los colaboradores y la gerencia en estas temáticas. El segundo,
de Oficio que, se basa en la experiencia de los trabajadores en temas de
seguridad y cómo ellos resuelven las problemáticas según lo que han aprendido
con el tiempo y les han enseñado otros. Hay un gran compromiso de parte de ellos, pero no de la gerencia, nos
responsabilizándose por los procesos. El tercer tipo corresponde a la cultura
Normativa, donde viven organizaciones con tremendos sistemas de gestión y
procedimientos bien elaborados, pero lamentablemente a los trabajadores no les
hacen sentido y no los hacen parte suyo, por lo mismo hay un alto compromiso
por parte de la gerencia, pero no de parte de los empleados. El cuarto y último
es el Integral, que es una mezcla lo mejor de la de Oficio y la Normativa,
generando compromiso fuerte de la gerencia, liderazgo y una participación
efectiva de los colaboradores, tomando la experiencia de los trabajadores de la
primera línea de fuego, realizando sistemas de gestión y procedimientos, donde
los trabajadores son parte de los procesos y se sienten comprometidos con las
estrategia de seguridad de la organización.
En general las organizaciones tienen más de un tipo de cultura. Sería
una utopía decir que una empresa es solo cultura normativa, ya que éstas las
componen personas, por lo que tenemos una variedad de comportamientos y áreas
que tienen su propia cultura interna. Sin embargo, las organizaciones deben
tener como objetivo vivir una cultura integrada, teniendo en cuenta el
liderazgo y la participación, haciendo foco en lo técnico como por ejemplo en
los, procesos de capacitación, creando sistemas de gestión en seguridad,
tomando en cuenta el factor humano, para ver la seguridad desde una visión más
sistémica y como esta se relaciona entre sí.
En una empresa que he tenido la ventaja de desempeñarme se está
innovando al generar un área de cultura seguridad corporativa para sus tres líneas
de negocio, donde se ha realizado una estrategia en base a 4 elementos el
control de incidentes, la salud integral, el desarrollo de las personas en
temas de seguridad y en cultura de seguridad, cumpliendo parámetros de
eficiencia, innovación e integración de la familia, alineado con las necesidades de la
organización. La meta es proteger a las personas. Por lo mismo se desarrolló un
modelo asociado a un sistema de gestión que sea sustentable en el tiempo, basado
principalmente en la capacidad de mejorar las conductas de las personas y su
toma de decisiones a la hora de resolver problemáticas de seguridad.
Actualmente la estrategia interna para desarrollar
una cultura más integrada de seguridad, se basa en el diagnóstico que nos dará
una visión de cómo se encuentra la organización en temas de seguridad desde una
mirada de bienestar psicosocial, clima laboral, percepciones de los
trabajadores, estadísticas de incidentes, entre otros y en la Intervención, donde
se utilizan cinco herramientas de implementación permanente y sustentable que definen
la forma de generar un plan de trabajo con el fin de resolver problemas y
establecer estándares de seguridad, que se adecuarán a las necesidades de cada
área a través de la innovación, el desarrollo integral de la familia, los procedimientos,
sistemas comunicacionales. Todo esto, con el objetivo de mejorar la cultura de
nuestros equipos de trabajo, reflejando una mayor coherencia, repercutiendo en
mejores decisiones, menos incidentes en el trabajo y mayor bienestar en las
personas.
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