domingo, 31 de enero de 2016

10ma edición de la Revista El Prevencionista,

10ma edición de la Revista El Prevencionista: www.apdr.org.pe/index.php/revista



PREVENCIÓN DE RIESGOS EN EL SECTOR PESQUERO

EDUARDO ROSSEL RÍOS
GERENTE DE SERVICIOS, PESCA Y ACUICULTURA

SQ EMPRESAS

El desarrollo de la actividad pesquera ha traído consigo importantes cambios tecnológicos, con nuevos procesos, equipos, embarcaciones de más envergadura y trabajos que tienden a ser cada vez más automatizados. Ello implica una mayor eficiencia, pero al mismo tiempo un cambio en los riesgos laborales que exige personal más calificado, capacitación y entrenamiento específico.
Una de las actividades de envergadura en las empresas pesqueras, es la entrada de la embarcación a dique cada dos o más años, situación que siempre representa un enorme desafío de planificación, por la gran cantidad de trabajos a realizar en el menor tiempo posible, con una perfecta coordinación de personal especializado.
Las condiciones de permanente presión por cumplir los plazos durante los trabajos, crean condiciones propicias para producir todo tipo de accidentes. A continuación se entregan algunas consideraciones a tener presente para evitarlos:

ASPECTOS PREVIOS A LA VARADA:
·         Programación de trabajos:
Este es el aspecto fundamental del cual depende, no sólo que los trabajos se retrasen, sino que será fundamental a la hora de prevenir los accidentes, para ello se debe anticipar cuáles serán los trabajos más críticos, cuales son aquellos que provocarán las mayores pérdidas en caso de ocurrir y cuales podrían terminar con consecuencias fatales.
·         Verificación de sondas de estanques:
Antes de la entrada a dique se procederá a verificar las sondas de estanques, de manera de salir en iguales condiciones de distribución de pesos. Evitar superficies libres.
Limpieza y lavado de estanques y bodegas:
Deberá limpiarse, ventilarse estanques y bodegas con tiempo, antes de la varada, para asegurar una pronta y segura entrada de los trabajadores de mantención o del astillero a la embarcación.
·         Ventilación de espacios confinados:
Estos espacios merecen especial cuidado, ya que pueden generar accidentes con resultado de muerte. Se debe considerar: deficiencia de oxígeno, explosividad y gases tóxicos, especialmente ácido sulfhídrico en el caso de los pesqueros.

DURANTE LOS TRABAJOS – BUQUE VARADO:
Para trabajos en caliente se debe verificar límites de explosividad y limpiar de combustibles todas las áreas antes de iniciar los trabajos.

·         Arenados y pinturas:
Especial cuidado en el arenado por la contaminación a motores con cilindros abiertos y una separación adecuada de las zonas de pinturas con oxicorte y soldadura.
·         Superficies de trabajo, pasarelas, redes y andamios:
Causa común de accidentes graves es la falta de protección adecuada en desniveles, escotillas y trabajos en altura. Debe verificarse permanentemente estas  condiciones de trabajo.
·         Derrames:
Existe riesgo en el trasvasije, limpieza y llenado de estanques, deben existir procedimientos establecidos para evitar derrames que puedan generar un accidente.
·         Tecles, cables y estrobos:
Se debe verificar el estado de tecles, condiciones de cables y estrobos  principalmente si son de acero ya que sólo trabajan a la tracción, no deben doblarse.

AL DESVARAR:
Debe verificarse el trincado de elementos de maniobra en cubierta dado el peligro de inestabilidad al iniciar la flotación, antes de flotar cerciorarse que no queden trapos o guaipes atrapados en cañerías o válvulas, verificar filtraciones mientras se desvara y un seguimiento posterior en navegación.
La diversidad de actividades que al interior de un astillero se realizan, requiere de los más altos estándares de Seguridad para proteger al Hombre y preservar los recursos materiales.

LA PREVENCIÓN Y EL CONTROL DE ACCIDENTES GRAVES EN LOS QUE INTERVENGAN SUSTANCIAS PELIGROSAS

Ingeniero Industrial, Técnico Superior de Prevención de Riesgos Laborales, Máster en Organización Industrial.

El pasado 1 de junio de 2.015 entró en vigor en Europa la Directiva 2012/18/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 4 de julio de 2012, relativa al control de los riesgos inherentes a los accidentes graves en los que intervengan sustancias peligrosas.( conocida coloquialmente como  Directiva SEVESO III)

Esta Directiva pone de manifiesto la necesidad de seguir avanzando en la mejora de los sistemas de gestión de la seguridad en aquéllas instalaciones de proceso, en las que por la peligrosidad de las sustancias que se manipulan, pueden dar lugar a escenarios accidentales que pongan en peligro la vida de las personas en las poblaciones cercanas.

No es objeto de este artículo analizar una Normativa concreta, pero si considero que resulta conveniente aprovechar la publicación de esta nueva norma a fin de poner de manifiesto algunas de las particulares que presentan las instalaciones a las que afecta.

Centrando la atención en Perú, la  Ley 29783 es de aplicación a todo tipo de de actividades empresariales. Afecta tanto  a  actividades de muy alto riesgo, como puede ser una empresa que manipula productos químicos peligrosos, como a otras actividades de bajo riesgo, como por ejemplo un edificio de oficinas  en el que se desarrollan actividades administrativa.

Los profesionales de la Seguridad y Salud en el Trabajo con frecuencia nos enfrentamos a instalaciones de proceso en las que, debido a la presencia de sustancias peligrosa en cantidades elevadas, las consecuencias de los potenciales accidentes adquieren dimensiones catastróficas. En este tipo de instalaciones los  accidentes pueden afectar,  no solo a los propios trabajadores cercanos al riesgo, sino que también pueden resultar afectadas personas que, en principio, se podrían considerar alejadas del riesgo. Este tipo de instalaciones presentan por tanto características singulares, ya que  debido al   alcance de los efectos del accidente es previsible que se produzcan víctimas entre los habitantes de las poblaciones cercanas. No solo se debe gestionar el riesgo para los trabajadores, sino que también se debe gestionar el riesgo que afecta a personas ajenas a la actividad que se desarrolla.

Si bien es cierto que existen normativas sectoriales para este tipo de instalaciones, como pueden ser la legislaciones medioambientales o de defensa civil, no es menos cierto que la experiencia demuestra que en el momento en que en una empresa existen responsables de prevenir y gestionar la seguridad laboral,  son estos últimos los que también asumen la responsabilidad de prevenir y controlar los riesgos de las instalaciones de proceso.


En este sentido, los profesionales que nos dedicamos a la Seguridad y Salud debemos tener presente algunas consideraciones cuando nos enfrentarnos a instalaciones de alto riesgo por la presencia de sustancias peligrosas en cantidades elevadas.

Vamos a revisar en este artículo tres elementos o puntos esenciales:
  • Análisis del riesgo.
  • Métricas o indicadores de gestión.
  • Información al público interesado.


Análisis del riesgo.

En primer lugar, a la hora de realizar un análisis de riesgos habitualmente estamos acostumbrados a identificar los riesgos cercanos al trabajador, es decir, identificamos fácilmente aquéllos peligros que afectan directamente a un trabajador, o un grupo de trabajadores.

Pero en el tipo de instalaciones que estamos tratando también debemos analizar los riesgos que presenta el proceso en su conjunto. Estos riesgos no son fáciles de identificar porque en muchas ocasiones no afectan de forma directa al trabajador y pueden pasar desapercibidos. Para realizar el análisis de los riesgos del proceso en su conjunto se deben emplear metodologías menos habituales.

Los objetivos del análisis de riesgos en estos casos consisten en identificar los accidentes graves que puedan ocurrir en el establecimiento, así como el cálculo de las consecuencias y el nivel de riesgo, en el exterior del establecimiento.
Para realizar estos análisis existen guías específicas de reconocido prestigio internacional.
Un ejemplo de una de ellas es la siguiente guía publicada por TNO:
"Guidelines for quantitative risk assessment “Purple Book”. CPR 18E Committee for the Prevention of Disasters. 1999 - TNO
TNO es un instituto de investigación (Organismo del Gobierno de Holanda) para la industria, que traduce conocimientos científicos en aplicaciones prácticas. Ha publicado varios libros como el “GreenBook”, “RedBook”, “YellowBook” y el “PurpleBook”, en los que se desarrollan modelos de efectos y consecuencias ampliamente utilizados en materia de análisis de riesgos.
Para realiza este tipo de análisis de riesgos los pasos a seguir son los siguientes:
§  Seleccionar los posibles sucesos accidentales que podrían desarrollarse.
§  Determinar la frecuencia con la que pueden ocurrir los sucesos accidentales.
§  Determinar las consecuencias en caso de que se produzcan dichos sucesos accidentales.
La tarea de identificación de los sucesos accidentales es  compleja debido al número de variables que determinan el riesgo, y crítica, debido a que los resultados pueden variar sustancialmente dependiendo de cómo se haga esta selección.
Para poder calcular las frecuencias de los sucesos accidentales, conviene  aplicar la técnica del Árbol de Sucesos (también llamados Árboles de Eventos) que nos permite estimar la frecuencia de ocurrencia de los sucesos accidentales, incluyendo todas las salvaguardas tecnológicas de mitigación presentes.
Finalmente, para realizar el cálculo de consecuencias se emplean modelos de simulación computacional. Estos modelos nos permiten determinar los daños sobre la población, los bienes y el medio ambiente en función de  los valores que alcanzan determinadas variables. Algunos ejemplos de las variables que se utilizan son: la radiación térmica, en caso de incendio; el aumento de presión, el impulso y alcance de los proyectiles, en caso de explosiones; la concentración y el tiempo de exposición, en caso de formación de una nube tóxica.
Existen programas gratuitos que nos permiten realizar este tipo de cálculos, como por ejemplo el programa ALHOHA (Areal Locations of Hazardous Atmosphere), que ha sido desarrollado por la EPA (Environmental Protection Agency) y la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) de los E.E.U.U, gozando de un reconocido prestigio internacional.
Se puede descargar de forma gratuita desde la página Web de la EPA, está específicamente diseñado para su aplicación en escenarios accidentales, pudiendo simular emisiones desde tuberías y recipientes utilizados en la industria o derrames que formen charcos y su posterior dispersión en la atmósfera, tanto de nubes neutras como de densas.
Métricas o indicadores de gestión.

En las instalaciones de proceso a las que nos referimos en este artículo, los buenos resultados obtenidos para los indicadores de gestión que habitualmente se utilizan para medir la eficiencia de los sistemas de gestión de la seguridad laboral, pueden conducir a que la organización baje la guardia debido a la falsa creencia de que la reducción de los accidentes laborales puede ser interpretada como que la gestión de la seguridad del proceso se está realizando de forma correcta. Esto puede llevar a una falsa sensación de seguridad, de manera que la sensación de vulnerabilidad necesaria para una adecuada gestión se vea disminuida.

Este problema ha sido tratado por el Center for Chemical Process Safety en su guía técnica "Guidelines for Risk Based Process Safety".

El problema radica en que los indicadores de gestión que se utilizan para medir la eficiencia de los sistemas de gestión de seguridad laboral son indicadores rezagados, los cuales son óptimos para  ser empleados en sistemas de gestión de seguridad laboral pero no son adecuados para medir los avances en la  gestión de la seguridad del proceso.

Los indicadores rezagados son índices que analizan el pasado. Con el análisis de estos indicadores podemos concluir si las actuaciones que hemos llevado a cabo nos han permitido mejorar los resultados o, si por el contrario, no se ha producido una mejora.

Estos indicadores son adecuados para medir sucesos que presentan una frecuencia de ocurrencia de uno o varios sucesos al año. Por consiguiente en el caso de la accidentalidad laboral  son adecuados ya que es previsible tener uno o más de un accidente al año.

Sin embargo, en el caso del tipo de accidentes que estamos tratando en este artículo, debido al tipo de equipamiento y la tecnología que se utiliza en estas instalaciones de proceso en las que intervienen sustancias peligrosas, la frecuencia de ocurrencia de los accidentes graves es del orden magnitud entre  10-3 y 10-6 sucesos al año, es decir, son sucesos muy improbables y por ello, lo normal, es que en 1 año no se registre ningún suceso accidental. Ahora bien, que no se produzcan este tipo de accidentes no se debe interpretar como que es debido a nuestra buena gestión, sino que lo más probable es que se deba a la propia naturaleza del riesgo, es decir, debido a su baja probabilidad de ocurrencia lo más probable es que en el periodo de tiempo que hemos medido no se presenten este tipo de sucesos de tan baja frecuencia de ocurrencia.

Por este motivo desde el Center for Chemical Process Safety se recomienda para este tipo de instalaciones utilizar, además de los indicadores rezagados, también indicadores adelantados (leading indicators), es decir, indicadores que nos permiten evaluar la eficiencia de nuestra gestión aunque no podamos evidenciar una disminución de los sucesos accidentes.

Algunos ejemplos  de estos indicadores recomendados por el Center for Chemical Process Safety, son los siguientes:

  • Frecuencia con la que los miembros del Consejo de Dirección participan en reuniones que abordan problemas de seguridad.
  • Tiempo medio  en completar la investigación de los incidentes o accidentes.
  • Tiempo medio en implementar las recomendaciones que surgen en las reuniones de seguridad, así como en las conclusiones de las investigaciones.
  • Número de sugerencias para la mejora de la seguridad del proceso que se presentan cada mes.
  • Porcentaje de sugerencias para la mejora de la seguridad del proceso aceptadas.
  • Porcentaje de sugerencias para la mejora de la seguridad del proceso aceptada que han sido implementadas finalmente.
  • El número de artículos técnicos de seguridad consultados y compartidos por el  personal técnico en el último año.

Información al público interesado

En el tipo de instalaciones que nos ocupa, debido a que las consecuencias de los potenciales accidentes afectan a la seguridad de las personas en las poblaciones cercanas, es de vital importancia tener presente tal circunstancia a la hora realizar una adecuada gestión de la seguridad del proceso.

El público interesado está formado tanto por los trabajadores del propio establecimiento como por la población del entorno que, de acuerdo a los estudios de análisis de riesgo y consecuencias, podría sufrir sobre su salud los efectos de un posible accidente grave.

El público afectado, incluyendo el que se encuentre en todos los edificios y zonas de uso público, como escuelas y hospitales, y en todos los situados en las inmediaciones, debe recibir periódicamente, por el medio más adecuado y sin que tengan que solicitarla, información clara y comprensible sobre las medidas de seguridad y el comportamiento que debe adoptarse en caso de accidente grave.

A continuación se indican algunos ejemplos de la información que se debe facilitar:

  • Explicación en términos sencillos de la actividad o actividades llevadas a cabo en el establecimiento.
  • Los nombres comunes  de las sustancias peligrosas que puedan dar lugar a un accidente grave, indicando sus principales características peligrosas, en términos sencillos.
  • Información general sobre la naturaleza de los peligros de accidente grave, incluidos sus efectos potenciales para la salud humana y resumen de los principales tipos de escenarios de accidente grave y las medidas de control adoptadas en previsión de ellos.
  • Información general sobre el modo en que se avisará al público interesado.
  • Información adecuada sobre el comportamiento apropiado en caso de accidente
  • La fecha de la última revisión de las instalaciones y declaración de conformidad de las autoridades competentes.
  • Información detallada sobre el modo de conseguir mayor información al respecto.

Como conclusión final de este artículo me gustaría que los profesionales que  debemos garantizar la seguridad y salud de las personas tengamos presente que,  en determinado tipo de instalaciones, la gestión de la seguridad no se debe limitar únicamente a la seguridad de los trabajadores. En este tipo de instalaciones, debido a la importancia de lo que está en juego (la seguridad de la población en general), debemos emplear métodos de análisis de riesgos avanzados, no nos debemos limitar a emplear métodos de análisis cualitativos y/o semi-cuantitativos con los que estamos más familiarizados, sino que es necesario cuantificar el nivel de riesgo en el exterior de las instalaciones mediante métodos de análisis cuantitativo que debemos conocer.

Por último y más importante, los profesionales debemos evitar que la Dirección de la empresa se ampare en los buenos resultados obtenidos respecto a la seguridad laboral como excusa para justificar una reducción de  los recursos y el esfuerzo dedicado a la mejorara la seguridad del proceso,  bajo la falsa creencia de que si no hemos sufrido ningún accidente grave con afección al exterior ello debido a la buena gestión desarrollada.






Prevención de Riesgos en el Sector Agropecuario



El sector agrario constituye el 25% de la PEA ocupada del Perú y aporta el 8% al PBI nacional[1]. El Perú es un país megadiverso que abarca una gran variedad de ecosistemas (climas, especies animales y vegetales) que lo diferencian del resto del mundo y le asignan ventajas comparativas sobre los demás países de la Costa del Pacifico[2], que junto a otros factores, favorece la producción agrícola del país. Además de ser una gran fuente de empleo, el sector agrario es también fuente de múltiples peligros laborales con el potencial de generar accidentes y enfermedades ocupacionales. Peligros tales como:
Sustancias químicas: Plaguicidas, fertilizantes, combustibles, solventes, etc)
Microrganismos: bacterias, hongos, protozoos,etc
Animales e insectos: serpientes, zancudos, ratas y otros vectores de enfermedades endémicas.
Condiciones climáticas: frío, calor, radiaciones solares, humedad, viento
Condiciones de empleo: migración, aislamiento, incomunicación.
Disergonomía: Cargas por encima de los límites manuales, posturas y movimientos repetitivos.
Entre otros. Además, el sector agrario tiene una alta rotación de personal, es muy informal y los trabajadores tienen escasos o pocos estudios. Sin embargo este sector no cuenta con una regulación específica en temas de seguridad en salud en el trabajo  y debido a lo aislado que son los campos también es muy poco fiscalizado. Por eso en el Plan Nacional de SST 2014-2017, aprobado por el Consejo Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo del Perú, se coloca entre las líneas de acción del objetivo específico número 1, la elaboración de un reglamento específico de SST para este sector prioritario. Desde esta editorial esperamos que dicha norma se formule pronto y que se tomen experiencias exitosas de países cercanos, tales como la argentina o la chilena. Con la formulación de la norma sectorial de SST para las actividades agrícolas se espera también una mejora en la productividad de este importante motor de la economía peruana.



[1] ENAHO 2011 - INEI, Elaboración: MINAG - OEEE
[2] Antonio Brack Egg “Econegocios y Ecoinversiones en el Perú”. 2003.

Recomendaciones para la aplicación segura de agroquímicos en cultivos intensivos.

Ignacio E. Paunero, paunero.ignacio@inta.gob.ar , Estación Experimental Agropecuaria San Pedro,                                        Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Argentina

Introducción

Los agroquímicos comprenden todos aquellos productos que se utilizan en la producción agropecuaria para la prevención y control de adversidades de distinto origen. Incluyen productos para el control de insectos (insecticidas), hongos (fungicidas), malezas (herbicidas), entre otros. Todos son tóxicos para el hombre y  pueden ser contaminantes del ambiente, si no son utilizados adecuadamente.


Aspectos a considerar que definen el grado de toxicidad al que está expuesto el trabajador:

- El producto (principio activo). Una forma de reconocer la toxicidad del mismo, es a través del valor de la dosis letal media DL(50) que se expresa en mg/kg de peso vivo; cuanto más pequeña es la DL(50), más tóxico es el producto.

- El tipo de formulación. En general, los productos que se aplican en forma de líquidos para pulverizar, son más tóxicos que los sólidos, ya que pueden penetrar más fácilmente por las vías respiratorias.

- El tiempo de exposición. A mayor tiempo de  exposición mayor el riesgo de intoxicación.

- La vía de ingreso al organismo. Generalmente la vía más expuesta es la dérmica, en donde las sustancias ingresan a través de la piel, por esta causa  debemos cubrirla completamente. Otra vía importante es la respiratoria, donde las microgotas del líquido pulverizado penetran por esta vía, por lo que se deben usar máscaras adecuadas. Otra vía de ingreso es la digestiva, a través del mal hábito de comer, sin higienizarse correctamente, cuando se están haciendo las aplicaciones.

- Las condiciones ambientales.  En general, a mayor temperatura ambiente mayor riesgo de intoxicaciones.

- La condición propia del trabajador. Los grupos más susceptibles de sufrir intoxicaciones son los que presentan algún tipo de deficiencia (mala alimentación; deshidratación, consumo de alcohol, etc.)

 Recomendaciones para estar prevenido:

Síntomas de intoxicación aguda
Primeros auxilios
Mareos; dolor de cabeza; sudoración excesiva; temblores; calambres; vómitos; convulsiones.
Alejar a la persona del lugar en donde se produjo la intoxicación y llevar a un lugar ventilado; quitar la ropa contaminada y lavar con abundante agua y jabón; trasladar inmediatamente al médico llevando el marbete del producto que estaba utilizando.

- Intoxicación laboral crónica: es la más peligrosa desde el punto de vista de la prevención. Se produce por la exposición a pequeñas dosis, que no producen síntomas agudos, durante mucho tiempo. Pueden terminar generando cáncer, tumores, o enfermedades de distinto tipo, muchas veces difíciles de demostrar la relación causa-efecto  con la actividad agraria.

- Todos los productos tienen en su etiqueta una banda de color que indica su toxicidad. Es importante que todos los trabajadores conozcan  su significado para estar prevenidos sobre el grado de riesgo al que  estarán expuestos al manipular ese producto.


Clasificación de los productos según los riesgos*
Clasificación del peligro
Color de la banda
Clase I a
SUMAMENTE PELIGROSO
MUY TÓXICO
ROJO
Clase I b
MUY PELIGROSO
TÓXICO
ROJO
Clase II
MODERADAMENTE PELIGROSO
NOCIVO
AMARILLO
Clase III
POCO PELIGROSO
CUIDADO
AZUL
Clase IV
NORMALMENTE NO OFRECEN PELIGRO
CUIDADO
VERDE
*Fuente: Organización Mundial de la Salud

- Leer siempre el marbete (etiqueta) del producto y realizar la dosificación y aplicación, según la recomendación del ingeniero agrónomo.

- Consultar sobre los períodos de reingreso (tiempo entre la aplicación y el reingreso al lote tratado y el período de carencia (tiempo entre la aplicación y la cosecha).

- Utilizar el equipo de protección personal adecuado durante la preparación de la mezcla y la aplicación, como así también durante el lavado de los elementos utilizados.

Elementos de protección personal a utilizar al trabajar con agroquímicos:

Parte del cuerpo a proteger
Elemento de protección
Pies
Botas de goma de caña alta
Cuerpo, brazos y piernas
Traje de protección y delantales impermeables
Manos
Guantes de nitrilo
Ojos y cara
Antiparras o pantallas faciales
Cabeza
Sombrero o gorra.
Nariz (vías respiratorias)
Semimáscara con filtro para partículas y filtro para vapores orgánicos (general para agroquímicos) o según el producto a utilizar.




- Se deberá aplicar durante las horas de menor temperatura y realizar pausas cortas, abriéndose el traje de aplicación, para permitir la evaporación del sudor.


- No aplicar si hay viento.

- No destapar las pastillas de la pulverizadora soplando directamente con la boca. Puede utilizar un cepillo de dientes en desuso para esta tarea.

- Nunca comer, fumar o beber durante o después de la aplicación sin antes lavarse las manos.

- En el caso de tener que ir al baño, debe lavarse previamente las manos y alejarse del lugar contaminad.
Después de la aplicación, lavarse con abundante agua y jabón y cambiarse de ropa.

- Nunca lavar  la ropa contaminada junto con la ropa de la familia.
- Cuando se termina un producto, proceder a realizar un triple lavado y luego destruir el envase.

Bibliografía consultada

Paunero, I. 2009. Guía de prevención de riesgos laborales para los trabajadores del sector hortícola. Disponible on line en: http://inta.gob.ar/documentos/guia-de-prevencion-de-riesgos-laborales-para-los-trabajadores-del-sector-horticola/






IMPACTO DE LOS ACCIDENTES DE TRABAJO Y ENFERMEDADES OCUPACIONALES

ING. ROLANDO ANDOA CARRILLO, CONSULTOR  ISSO-IMERAC

La Organización Internacional de Trabajo (OIT) estima que en el mundo se produce una muerte cada 15 segundos y 6,000 muertes por día como resultado de accidentes y enfermedades profesionales. Dichas cifras indican que la ausencia de medidas de seguridad y salud en el trabajo, pueden ser muy nocivas para la sociedad en general.
Los accidentes o los problemas de salud relacionados con el trabajo, además de afectar el capital humano de nuestra sociedad, generan costos innecesarios para las empresas y el Estado.

En nuestro país, el ausentismo laboral entre la población asegurada viene generando a las empresas costos superiores a los 400 millones de soles anuales. Mientras que las instituciones de la seguridad social incurren en gastos superiores a los 500 millones de soles por el pago de los subsidios que deben efectuarse a consecuencia de los accidentes y enfermedades ocupacionales.




El costo global de esas adversidades, propiciadas por malas prácticas de seguridad y salud, se estima en un 4% del Producto Bruto Interno (PBI) al año.
En tales circunstancias, los accidentes o las enfermedades relacionadas con el trabajo son muy costosas y pueden tener consecuencias graves, tanto directas como indirectas, en las vidas de sus trabajadores y sus familias.
Para los trabajadores, una enfermedad o un accidente laboral suponen además del dolor y el padecimiento de la lesión o la enfermedad, la pérdida de ingresos, la posible falta del empleo y los gastos que acarrean la atención médica, entre otros costos.
Sin embargo, las enfermedades o los accidentes laborales pueden tener costos indirectos tan altos que a menudo son difíciles de calcular. Uno de ellos es el padecimiento humano que se causa en las familias de los trabajadores, que no se puede compensar con dinero.
Se estima que los costos de los accidentes laborales para los empleadores también son enormes. Por ejemplo, en una pequeña empresa, el gasto de tan solo un accidente puede suponer una crisis financiera.
Algunos de los costos que deben asumir éstos son el tener que pagar por un trabajo no realizado y por tratamientos médicos e indemnizaciones la reparación o la sustitución de máquinas y equipos dañados, entre otros.
Además, están la disminución o interrupción temporal de la producción, el aumento de los gastos en formación y administración y la posible disminución de la calidad del trabajo.
Y, dentro de los costos indirectos para los empleadores se pueden relacionar la sustitución del trabajador enfermo o lesionado y el tiempo que se invierte en capacitar a quien será su remplazo.
Por otro lado, las malas condiciones sanitarias y de seguridad en el lugar de trabajo también pueden influir negativamente en la imagen pública de la empresa.
En realidad nadie sabe realmente el precio total de los accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo porque, además de los costos directos más patentes, hay multitud de costos indirectos.
Los costos directos e indirectos en general son relativamente fáciles de medir, cuantificando el monto económico respectivamente. Sin embargo, existen múltiples efectos adicionales causados por los riesgos de trabajo que son mucho más complejos, abarcan varias áreas y son difíciles de cuantificar o ponderar. Estos efectos que generalmente pasan desapercibidos y no son evaluados en su justa magnitud, los denominaremos genéricamente como el impacto social de los Riesgos de Trabajo.
Evidentemente este impacto social se deriva de la suma de los costos directos más los efectos indirectos originados por los accidentes de trabajo y las enfermedades de trabajo.
Se han mencionado múltiples fenómenos adicionales cuya magnitud es muy difícil de precisar, pero que deben ser considerados y ponderados por su gran relevancia.

PARA EL TRABAJADOR:
Los efectos directas a su persona, a sus capacidades personales y a sus expectativas de desarrollo individual, tales como:
1) El sufrimiento físico y moral.
2) La disminución o pérdida de sus capacidades físicas.
3) La disminución de su vida productiva.
4) La restricción de su ingreso económico y presupuesto personal.
5) La disminución de sus expectativas de desarrollo personal.
6) La disminución de su esperanza y calidad de vida.

PARA LA FAMILIA:
La disminución de las expectativas de desarrollo de los miembros del núcleo familiar que dependen del trabajador, así como aparición de fenómenos de alteración de la dinámica familiar en relación con:
1) La disminución del ingreso y presupuesto familiar.
2) La presencia de disfunción familiar.

PARA LA SOCIEDAD:
Desde el punto de vista social, de acuerdo a la magnitud de las secuelas de los Riesgos de Trabajo y en forma inversamente proporcional a la efectividad de la rehabilitación se presentan habitualmente fenómenos tales como:
1) Discriminación laboral.
2) Segregación social.
3) Conductas antisociales.
4) Enfermedades o trastornos mentales.
5) Mortalidad prematura.
Esta son las razones para que los empleadores y los trabajadores sigan esforzándose en mejorar las condiciones de salud y seguridad y controlen en forma oportuna los riesgos en el lugar de trabajo, siempre que sea posible.
Como consultores en Seguridad y Salud  Ocupacional, muchas veces nos encontramos con la dificultad de sensibilizar a los empresarios de la necesidad de aplicar medidas preventivas por el “elevado costo” que pueden suponer.
Este elevado costo lo entrecomillo porque el primer concepto que hay que intentar es la de sensibilizar al empresario que la prevención no es un costo, sino una inversión.
Esta frase es muy bonita, pero no es un dogma de fe, y por tanto debemos ser capaces de demostrarla con números, de una manera seria y objetiva, y es que los costos de accidentalidad no se quedan únicamente en el ámbito empresarial, sino que afectan a la sociedad en general.


Medir la gestión en Seguridad y Salud en el Trabajo

Ing. Álvaro Cevallos Chacón. Magister en Dirección Estratégica.

“No se puede gestionar aquello que no se puede medir y no se puede medir lo que no se puede describir”.

Así reza la descripción de la filosofía de resultados innovadores propuesta por Robert Kaplan y David Norton en su célebre obra del cuadro de mando integral. Esta herramienta de dirección estratégica ha sido tan bien asimilada por las empresas que incluso han extendido su alcance a la gestión de distintos rubros o aspectos de la organización que consideren estratégicos. En general, la idea de esta metodología innovadora es el desarrollo de estrategias y medición de su rendimiento en función del tiempo y por supuesto, otras variables de interés.

La gestión de Seguridad y Salud el Trabajo (SST en adelante) es hoy un elemento estratégico de las empresas siendo argumento para tal denominación un enfoque en dos dimensiones bien definidas: la ética y la económica. En principio, las leyes y constituciones de los países, en su gran mayoría (desconozco honestamente, casos diferentes) están basados en la definición del ser humano, considerada per se, el fin supremo de la sociedad y por el solo hecho de ser persona humana le es inherente derechos fundamentales; siendo su vida y salud parte de aquellos. Entonces, tenemos claro que desde el punto de vista ético, las empresas que desarrollen sus operaciones en países bajo estas premisas y con instrumentos jurídicos debidamente estructurados y desarrollados para legislar adecuadamente estos aspectos, tendrán que respetar y fomentar la ley en ese sentido. El segundo enfoque, está directamente relacionado con el objetivo fundamental y básico de las empresas: incrementar rentabilidad en una complicada ecuación de optimización de costos y maximización de utilidad. Está claro que los incidentes representan costos directos e indirectos de alto impacto en la gestión financiera de las empresas. Los primeros ocurren cuando un incidente ha traducido su potencial de riesgo en un hecho real y lamentable (un accidente laboral, un incidente material, etc.), sus costos varían y pueden en el peor de los casos, significar el fin de una empresa (casos así hay varios y cumplidamente documentados). Los segundos son más difíciles de calcular pero existen e impactan en igual medida a las empresas. Éstos se reflejan normalmente en las tasas de rendimiento laboral afectadas por el absentismo laboral. 

Pues bien, la gestión SST es entonces, estratégica. Muchas empresas han considerado la Seguridad como un Valor Organizacional, como un elemento fundamental de su filosofía de trabajo e incluso determinante para decidir el destino de un simple trabajo operativo o de un megaproyecto. Atrás quedó aquella infame época en la cual las fatalidades se consideraban dentro de los presupuestos económicos así como ocurría en la construcción de grandes rascacielos en Nueva York, allá en los años 1920. La Seguridad es un valor, es una meta empresarial y debe tener una estrategia de gestión la cual debe ser medible y mejorable.

Para medir la gestión a través de resultados se utiliza el célebre indicador de frecuencia de accidentabilidad (IF en adelante). Vamos a hablar un poco de él y sus relaciones a veces anárquicas. Para empezar, éste indicador es famoso porque casi todos los estándares SST lo mencionan, lo definen e invitan a usarlo. El reglamento de hidrocarburos en el Perú lo ha declarado también, así como la resolución ministerial del MINSA en donde se brindan las pautas para implementar un SIVEO (Sistema de Vigilancia Médico Ocupacional), aunque este último con una ligera variación.  El IF es definido mediante la siguiente ecuación: IF=número de accidentes graves por un millón dividido entre el total de horas hombre de exposición al riesgo de toda el universo laboral de una empresa.
Así tenemos:


Fig. 01. Índice de Frecuencia.
Fuente. D.S. 043-2007 EM.

Esta simple fórmula guarda muchos detalles que vale la pena considerar. En principio, el resultado no es adimensional, al contrario representa la cantidad de accidentes graves de una empresa en relación a un total de horas de exposición al riesgo de todos los trabajadores. Estas horas de exposición al riesgo están definidas por el total de horas en cada trabajador está sometido a un riesgo (el que fuere). Técnicamente, esto implica el turno laboral completo, incluyendo horas de transporte (si la empresa lo asume), horas extras, descansos trabajados, actividades en locaciones externas dentro del horario laboral o extra laboral según lo haya determinado formalmente la empresa. Sin embargo, es preciso mencionar que es muy importante apelar al concepto legal de un incidente o accidente laboral pues las distintas legislaciones que lo refieren suelen tener discretas diferencias. Sobre todo en normas sectoriales. Aclarado este punto, sigue hablar sobre el denominador del IF el cual se calcula realizando una sumatoria en la que sus sumandos representan las horas de exposición al riesgo individual de cada trabajador multiplicados finalmente por una unidad de tiempo definida para medir el indicador, normalmente es de 30 días. Por ejemplo, si yo trabajo en el taller de mecánica 08 horas diarias, 05 días a la semana, estaré expuesto a riesgos al menos 160 horas en un mes (30 días). Este cálculo se debería realizar para cada trabajador, aunque si el régimen es homogéneo, se puede factorizar por supuesto. No obstante ésta es la versión más simple de la fórmula (en su denominador) pues las empresas industriales tienen sistemas de trabajo (20x10, 5x2, 4x2, etc.) que hacen un poco más complicado el cálculo. En esos casos se deberá trabajar de forma independiente y estimando aritméticamente de ser el caso. El valor de las horas de exposición al riesgo es acumulativo y se debe ir autosumando a través del tiempo (la idea es completar 12 meses). En este caso, debería ser mensualmente. Si por ejemplo en enero resultaron 100 000 horas y en febrero 80 000, el cálculo del indicador para el mes de febrero debería ser 180 000 horas.

Hablemos ahora del millón que aparece en el numerador. Éste número puede llegar a ser determinante e inclusive puede brindar resultados inexactos al momento de medir el IF y lógicamente, la gestión SST. El millón del numerador es un parámetro escalar, carente de unidades, totalmente adimensional, colocado allí para hacer más fácil el cálculo y resultado final de la ecuación fundamental (accidentes graves entre horas de exposición al riesgo). El resultado de toda ecuación basada en un cociente se relaciona de forma proporcional directa con su numerador e inversa con el denominador. Si el denominador es mayor que el numerador, entonces el resultado tenderá a cero, será cada vez más pequeño, en el caso contrario, el resultado será grande y tenderá a infinito (no es así en la práctica pero es el concepto algebraico).  Entonces, lo natural es que el número de horas de exposición sea mayor que el número de accidentes graves (el caso contrario es imposible, con toda certeza). Siendo así, el resultado de la ecuación accidentes graves entre horas de exposición va a ser muy pequeño, tal vez 0.000005 o algo por el estilo, pues ¿qué creen? Ahí viene el millón al rescate, a salvar la situación y forzando a tener un valor más visible en la recta numérica: el punto decimal del resultado correrá a la derecha 06 veces (pues es la cantidad de ceros del millón).

A estas alturas tenemos decodificada la fórmula, sabemos que necesitamos contabilizar accidentes graves (aquellos que registran severidad de más de 01 día de descanso médico), los cuales debemos multiplicar por el parámetro de 1 000 000 y finalmente dividirlo por la cantidad de horas acumulativas de exposición al riesgo por cada mes (normalmente). Esto nos dará un resultado que per se no nos dice nada a menos que lo comparemos con un valor o parámetro predefinido. Norton y Kaplan de quienes hablamos al comienzo, sugieren el uso de un tablero balanceado de gestión con valores meta para cada indicador estratégico, siendo el IF uno de ellos presumiblemente.

Parece ser que todo se ve genial pero la formula olvida un pequeño detalle muy trascendental, las empresas también se definen por su tamaño. Así que habrán grandes, medianas y pequeñas. Desde gigantes que junto a sus contratistas tienen hasta más de 10 000 trabajadores hasta modestas con apenas 10 o menos trabajadores. En empresas muy grandes se espera tener un IF que oscile entre el cero y uno en su valor pero en las pequeñas, el valor puede ser muy alto, superando el orden del cien (o sea entre cien y mil). Ahora la justicia de la medida de la resultante del IF depende del valor comparativo del indicador o lo que es lo mismo, la meta del indicador. He escuchado que la meta internacional es 1.5. Si tienes ese valor en tu empresa entonces están en el top. Imagínate ahora que trabajas para una operadora del sector de energía y minas, por ejemplo, y su meta es 1.5. Puede, según la aplicación de la fórmula, que tu resultado de IF sea por ejemplo 58.5. Eso sería escandaloso comparado con la meta propuesta (1.5), pero ¿realmente la gestión SST está tan mal?, quizá el resultado salió así con tan solo un accidente grave de severidad moderada (por ejemplo una contusión de 03 días descanso médico). ¿Podríamos inferir a partir de aquí, que la gestión SST de tu empresa es un fiasco? Responderemos al unísono que no y con toda justicia. ¿El culpable? Sí, el inefable parámetro de un millón, el que no debió usarse. Hay casos extremos. Por ejemplo una empresa puede acumular un millón de horas de exposición al riesgo en 04 años de trabajo, lo cual quiere decir que su parámetro debió ser al menos 250 000.

Ahora intentemos interpretar el resultado del IF. Técnicamente está definido por sus unidades, dimensionalmente el IF es igual al número de accidentes graves en un tiempo determinado. El resultado mayormente es decimal, lo cual hace un poco bochornosa la interpretación. Por ejemplo 1.5 es algo así como 1.5 accidentes graves en un tiempo dado. Los accidentes son valores discretos y no decimales pero aceptamos el valor pues representa una aproximación de ocurrencias en función del tiempo (tal como he comentado repetidamente). De manera que una medida justa es comparar la cantidad de accidentes graves considerando el tamaño de la empresa y la severidad de los riesgos. Usemos como input la historia de accidentabilidad de la empresa (estadísticas) y el IPERC. Ahora, la cosa se complica si la operadora exige el uso del millón y luego se molesta mucho cuando el resultado de tu IF se aleja de su meta. En ese caso, no debemos sentirnos mal, ya sabemos porque pasa eso. Algunos estándares (el español me parece es uno de ellos) usa como referencia 200 000 horas y eso está bien pero no perdamos el enfoque. Así el parámetro tenga el valor que tenga, eso no importa, es un artificio matemático para facilitar los cálculos. Eso no debería ser determinante.

Medir la gestión SST es entonces un procedimiento necesario y objetivo. Estructurar sus indicadores desde indicadores de resultados tales como el IF y el IS (índice de severidad) es fundamental pero siempre y cuando sean enfocados a la realidad de la empresa y además soportados en indicadores operacionales (recuerden el control operacional que propone OHSAS 18001). La interpretación de resultados debe ser correcta y objetiva para poder plantear oportunos ajustes a nuestro sistema de gestión. Y lo más importante, no olviden que estos resultados son fríos números que a veces resultan chicos para medir una gestión HSE.