INTRODUCCIÓN
No
hay duda que a medida que el mundo va avanzando, también avanza la industria en
general, este avance es incidente en el número de accidentes que existen en las
empresas, y de una u otra manera, las estadísticas han mejorado a través del
tiempo, aunque esta última no debe considerarse como un objetivo de la empresa,
sino como el resultado de acciones planificadas.
Cada
cierto tiempo somos testigos de cómo nuevos sistemas, nuevas metodologías o
teorías van proponiéndose a la industria, para controlar peligros y evitar
accidentes.
Independiente
de cual o cuales sean las nuevas propuestas o nuevas metodologías, la charla de
seguridad mantiene totalmente su vigencia. Hoy día gran parte de estas charlas
se utilizan para comunicar y analizar situaciones o incidentes que ha ocurrido
en otras áreas, otras empresas u otros lugares, pero que, lo ocurrido sirve
como “lecciones aprendidas”. Uno de los objetivos de las lecciones aprendidas
es conocer lo que a otras empresas le ha sucedido tal que, no vuelva a ocurrir,
se controlen esos riesgos y así se eviten los accidentes.
Además, la charla permite demostrar el grado
de compromiso de la empresa con la seguridad y los trabajadores, en ella se
permite analizar situaciones que pueden llegar a un accidente en su área de
trabajo o empresa Lo habitual, es que en ella el supervisor a cargo de ejecutar
el trabajo, analice el trabajo del día, comente los riesgos que en esta
actividad existen y sus formas de control.
La charla diaria, es una instancia de
participación de todos los trabajadores, ya que es el momento adecuado para dar
sus opiniones, experiencias o aportes del trabajo que se va ha realizar.
Nunca olvidar que una charla es una
oportunidad de comunicación, una oportunidad de enseñanza, una oportunidad de
análisis para todos los trabajadores que participan en ella, por lo tanto no
debemos perder de vista los principios fundamentales de la comunicación.
Comunicación: Es todo lo que hacemos
para entender y ser entendidos.
Si nos centramos en esta pequeña
definición de comunicación y queremos que el trabajador entienda y retenga
correctamente lo que estamos transmitiendo, debemos tener presente las seis
formas de interpretar un mensaje, también conocido como las seis ideas de un
mensaje:
·
Lo que el supervisor quiere decir
·
Lo que el supervisor realmente dice
·
Lo que el trabajador escucha
·
Lo que el trabajador cree que escucha
·
Lo que el trabajador dice que escuchó
·
Lo que el supervisor cree que el trabajador
escuchó.
Estas seis formas de interpretación, nos
obliga a preguntar al trabajador y que nos explique que entendió, ya que en
algunas oportunidades es muy distinto lo que un supervisor dice, con lo que el
trabajador entiende. Esto además nos
obliga a que debemos dar una instrucción
teniendo presente la sencillez, la claridad y el entendimiento de una
instrucción, por ningún motivo dejar cosas como obvias o suponer que el
trabajador las sabe sin preguntarle.
Este importante dato, ya es un punto de
partida clave para el supervisor, ya que si quiere que el trabajador retenga la
mayor parte de lo que se le ha presentado, debe hacer participar al trabajador,
mejor aún si él también es relator de alguna charla de seguridad.
Si el trabajador no sabe que decir, el
supervisor o el asesor en seguridad de la empresa le puede ayudar a preparar
una charla, concentrándose en: una regla
de seguridad, un problema de orden y aseo, una práctica subestándar, el
análisis de un accidente, etc.
Seguramente todos los supervisores y la
mayoría de los trabajadores han asistido a muchas charlas y cursos en la
empresa, por lo tanto es probable que alguna vez haya escuchado a una persona
que no estaba bien preparada. Posiblemente recordará que fue insoportable tener
que escucharle, bostezaba y quería irse.
Lo más probable es que esa persona estaba nerviosa, no sabía que decir,
se equivocaba permanentemente, repetía algunas palabras, etc.
¿Ha pensado alguna vez que quizás algunas de sus charlas
son también insoportables para sus
trabajadores?
Usted puede cambiar definitivamente esa
situación y conseguir que sus
trabajadores soporten con agrado el
tiempo que usted dedica a suministrarles información. Todo lo que tiene que
hacer se reduce a poner en práctica las recomendaciones siguientes.
o
Es necesario que usted posea todos los datos esenciales sobre el tema del que va a hablar.
o
No trate de engañar a sus trabajadores o
compañeros de trabajo con datos incorrectos o falsos porque posiblemente
perderá el respeto de ellos y no le prestarán más atención.
o
Datos, datos, datos, .., necesita saber lo más posible sobre su tema, antes de poder hablar como una
autoridad. Recuerde, se supone que usted
es el que más conoce del tema a presentar.
Naturalmente habrá veces en que usted
tendrá que decir, “bueno, esa es una
buena pregunta, pero no tengo información al respecto, voy a consultarla con alguien y mañana mismo daré la respuesta “. También, si se ha
preparado bien, tenga confianza en su habilidad para hablar ante los
trabajadores o sus compañeros, el reconocimiento inspira confianza.
Pero lo más importante de todo es que
hay que desarrollar una buena habilidad para hablar ante nuestros compañeros de
trabajo, para eso es fundamental la práctica.
Generalmente, todos los buenos
conferencistas necesitan mucha práctica,
práctica, y más práctica. Si tiene confianza con alguien del grupo que lo escucha, dígale que trate de observar los errores que usted comete cuando habla con ellos, esto
será una buena fuente de información para usted y de esa forma poderlos
corregir. Especialmente corregir las “muletillas” o palabras repetidas como: eeeehhh,
aaaahhh, osea, digamos, ¿me entienden?,
etc.
Las personas que se preparan y se entrenan para hablar en público, mejoran significativamente sus
presentaciones y logran impresionar
con mucha más efectividad a su
audiencia. Uno de los puntos que siempre
se menciona como muy importante es
conocer al grupo. Aunque sea siempre el
mismo grupo de trabajo o audiencia a la que usted se deba dirigir, las
necesidades de los trabajadores cambian
continuamente, como cambia la vida. No dé
por supuesto que conoce esas necesidades. De vez en cuando, piense si la
información que piensa darles es adecuada
para satisfacer estas necesidades.
Trate de hacer de alguna forma un
contacto sentimental con su grupo de
trabajo. Esto les demostrará que usted esta interesado en ellos. Este requisito
es especialmente importante en el
aspecto de la motivación. Si usted muestra interés en las necesidades sentimentales y afectivas de su grupo de trabajo, ésta se verá forzada a retribuir de alguna forma su
interés, y se manifestará escuchándole
con más atención.
Nunca pierda de vista su objetivo
principal cuando esté hablando. Por esa razón
de vez en cuando debe preguntarse a sí mismo, ¿Tiene algún interés para ellos lo que les
acabo de decir o lo que les voy a decir?
Algunos supervisores tienen el mal
habito de mencionar al principio de
sus exposiciones el punto principal sobre
el que van a hablar y luego rellenan con algo inconsistente o de
poco interés y terminan hablando de algo
que no tiene nada que ver con el
objetivo principal. Para evitar este
error común, es muy conveniente mantener en la mano, mientras se está
hablando, un papel en el que estén de lineados escuetamente los puntos
principales que se quieran tratar. Aunque lleve mucha información escrita no
olvide que es una charla, no una lectura.
Periódicamente es recomendable preguntar
al grupo de trabajo o audiencia si se está
siendo claro en lo que se está diciendo, y preguntarles si tienen algo que desearían que expusiera con más detalle, invite a participar y dar opiniones.
De esta forma se asegurará que van entendiendo,
aceptando y asimilando los puntos
principales.
Se han escrito muchos libros sobre cómo hablar en público con efectividad.
En realidad, el arte de hablar en
público es un arte difícil que requiere mucha práctica. Muy pocos nacen con
la habilidad requerida para hablar en
público con efectividad. Los
conferenciantes más famosos que ha habido
y hay en este mundo, se han
forjado y se forjan con un entrenamiento
constante.
Estos conferenciantes ponen atención
hasta en los detalles más mínimos. Saben
que cualquier interrupción y cualquier
paso en falso pueden hacerle perder a su audiencia la concentración y la
continuidad de la exposición.
En resumen, usted puede conseguir que sus trabajadores hagan
comentarios satisfactorios sobre sus charlas y esperen con ansiedad sus
presentaciones. Todo lo que tiene que hacer es practicar, practicar, y si le
queda tiempo practique.
Como ya lo dijimos, en muchas empresas
la charla de seguridad o de cinco minutos es un ritual tanto para el
supervisor como para los trabajadores
que la dan o la reciben.
La charla de cinco minutos se suele dar
normalmente todos los días, al inicio del turno y cubre una gran variedad de
temas, generalmente relacionados con el trabajo
a realizar durante el día.
Según algunas estadísticas, los
trabajadores que escuchan la charla,
generalmente lo hacen con agrado.
Sin duda que con el tiempo puede variar
el grado de atención de los trabajadores que escuchan la charla, para ayudar a remediar esta situación, vamos a mencionar
a continuación, siete aspectos que
deben considerar con mucha atención, y que les puede ser de gran ayuda si los
ponen en práctica.
1.-
Tema
Se debe elegir un tema que sea de
interés para todos los trabajadores. Para poder elegir un tema apropiado, el
supervisor o trabajador que va a dar la charla deberá examinar con cuidado los trabajos a realizar durante el día por
cada trabajador, para ver si el tema que
va a tratar tiene aplicación general. Un aspecto importante a considerar es por
ejemplo, hablar de los incidentes, acciones o condiciones subestándares que
ocurrieron el día anterior. No tiene ningún
sentido hablar, por ejemplo, de los peligros de la soldadura si la
audiencia no realiza trabajos relacionados
con el soldar.
Para preparar el tema es
recomendable seguir el siguiente
esquema:
- Pensar, en el
tema central de la charla
- Leer, para
informarse más del tema
- Escribir,
aspectos importantes que se debe recordar
- Escuchar, lo
que se sepa o haya pasado referente al tema
- Organizar, dar coherencia a la charla
- Practicar, la
charla para mejorar la presentación, no equivocarse o ponerse nervioso.
2.-
Atención
Una de las partes más importantes de la
charla es la primera frase introductoria. Sí por ejemplo, usted empieza su
charla con estas palabras:
“Hoy quiero
hablarles un poco sobre el problema de
las quemaduras, que es un tema muy importante, como ya lo saben ustedes
y como les he repetido yo por lo menos en diez ocasiones diferentes…”.
Se habrá merecido un par de buenos bostezos. Vea el
efecto que le produce en usted mismo,
esta otra introducción:
“ Ayer por la noche,
cuando me dirigía a mi casa me llamó la atención unas sirenas de una
ambulancia..”, ó, he estado leyendo tal revista y me llamó la atención una
publicación acerca de las quemaduras, que me pareció importante y las quiero
compartir con ustedes.
Puede observar que tras haber dicho esta frase, su nivel de
atención se ha elevado.
3.-
Satisfacción
Ahora debe hacer algo inmediatamente con
el nivel de interés que ha generado en su audiencia. Ellos esperan una
satisfacción inmediata. Dígales, “ la ambulancia llevaba los cuerpos quemados de dos trabajadores que murieron, ó,
en la revista analizaba como se quemaron cinco trabajadores mientras ejecutaban
su labor habitual y que es muy parecida a la nuestra, ó, por tratar se hacer
las cosas más rápido se cayó del andamio. En este tercer punto usted tiene que satisfacer las necesidades de
su audiencia para que sus palabras hagan
el efecto que usted desea.
4.-
Ejemplos
Esta es frecuentemente la parte más
fácil de la charla, si ha conseguido ya
la atención de la audiencia. La forma más práctica de presentar los
ejemplos es a continuación de una idea o
relacionar lo que se está hablando con el trabajo propio. Los ejemplos ayudan
a grabar mejor la idea que quiere presentar puede dar ejemplos con
experiencias anteriores, de accidentes o incidentes, incluso puede preguntar a
los mismos trabajadores si conocen alguna situación relacionada con el tema de
la charla.
5.-
Finalización
Si para de repente su presentación y dice con desgano, “bueno, me imagino que eso es todo … aquí termino mi charla
“. Dará la impresión de que no se ha
preparado bien y que quizás haya algo importante que debiera haber dicho.
El resultado será sospecha,
desánimo y disgusto. El efecto será muy
diferente si termina con estas palabras: “ si ponen en práctica lo que
les he dicho, no tendrán un día que llevarles al hospital en una ambulancia
por haber sufrido quemaduras graves” o,
“los invito a participar e involucrarse en cuidarse a sí mismo y a sus
compañeros”, “los invito a informar situaciones que puedan provocar este tipo
de accidentes, yo me comprometo a que en conjunto analicemos, para determinar
las medidas correctivas”.
6.-
Tono de voz
Si habla en un tono monótono e irregular, ayudará a la audiencia a que se
duerma. Si consigue eso, no tendrá
razón para culparles, porque usted mismo les invitó a hacerlo. Use un tono de voz que demuestre energía, interés,
dedicación entusiasmo, y
preocupación, pero por sobre todo
convencimiento y seguridad de lo que se está hablando. Durante la charla suba y
baje el tono de voz, enfatice las cosas importantes. Hable más rápido y más
lento, cambie su tono de voz.
Conclusión
1.-
Si prepara con más cuidado sus charlas y
pone más vida en las mismas, en muy poco
tiempo verá cómo su audiencia le responde con más interés
y entusiasmo.
2.-
Nunca debe olvidar que al terminar su charla debe hacer un
resumen corto de la exposición mencionando los aspectos más importantes y dejando claro lo que usted quiso
transmitirles, esto se denomina prescribir, en que debiera tratar de responder las preguntas que cualquier trabajador se
haría, ¿Qué quieren que haga? ¿Que debiera significar para mí?.
3.-
Cuando un trabajador le haga una
pregunta y no sabe la respuesta, dígalo con toda sinceridad, pero también tome
el compromiso de averiguar al más breve plazo.
El compromiso debe tomarse
delante de todo el grupo asistente a la charla.
4.- Cuando
un trabajador le haga una pregunta, que usted conoce, siempre antes de
contestar diga ¡que buena o interesante es su pregunta!, ¡con esa pregunta me recordó algo que no había dicho!
5.- Siempre
agradezca las preguntas porque son la instancia principal para
mostrarse. Si no le hacen preguntas definitivamente significa que nadie entendió,
o, a nadie le interesó su charla.
6.- Al dirigirse a una persona hágalo por su nombre, sino lo sabe
pregúntele.
7.-
Nunca lea una charla, por
muchos apuntes que haya tomado, no olvide que es una charla.
8.- Sonría y muéstrese alegre, sea positivo aún
en algún tema a tratar no agradable, haga una pequeña introducción al tema
explicando por qué hablará de ello, invite a hacer preguntas, recalque el punto
clave.
No hay comentarios:
Publicar un comentario