domingo, 31 de enero de 2016

¿SON EFECTIVAS LAS CHARLAS DE SEGURIDAD PARA EL CONTROL DE LOS RIESGOS?

Víctor Belmar Muñoz, Ingeniero en Minas, Especialista en Prevención de Riesgos y Seguridad Minera, victor.belmar@gmail.com

INTRODUCCIÓN

No hay duda que a medida que el mundo va avanzando, también avanza la industria en general, este avance es incidente en el número de accidentes que existen en las empresas, y de una u otra manera, las estadísticas han mejorado a través del tiempo, aunque esta última no debe considerarse como un objetivo de la empresa, sino como el resultado de acciones planificadas.

Cada cierto tiempo somos testigos de cómo nuevos sistemas, nuevas metodologías o teorías van proponiéndose a la industria, para controlar peligros y evitar accidentes.

Independiente de cual o cuales sean las nuevas propuestas o nuevas metodologías, la charla de seguridad mantiene totalmente su vigencia. Hoy día gran parte de estas charlas se utilizan para comunicar y analizar situaciones o incidentes que ha ocurrido en otras áreas, otras empresas u otros lugares, pero que, lo ocurrido sirve como “lecciones aprendidas”. Uno de los objetivos de las lecciones aprendidas es conocer lo que a otras empresas le ha sucedido tal que, no vuelva a ocurrir, se controlen esos riesgos y así se eviten los accidentes.

Además, la charla permite demostrar el grado de compromiso de la empresa con la seguridad y los trabajadores, en ella se permite analizar situaciones que pueden llegar a un accidente en su área de trabajo o empresa Lo habitual, es que en ella el supervisor a cargo de ejecutar el trabajo, analice el trabajo del día, comente los riesgos que en esta actividad existen y sus formas de control.
La charla diaria, es una instancia de participación de todos los trabajadores, ya que es el momento adecuado para dar sus opiniones, experiencias o aportes del trabajo que se va ha realizar.


Nunca olvidar que una charla es una oportunidad de comunicación, una oportunidad de enseñanza, una oportunidad de análisis para todos los trabajadores que participan en ella, por lo tanto no debemos perder de vista los principios fundamentales de la comunicación.

Comunicación: Es todo lo que hacemos para entender y ser entendidos.
Si nos centramos en esta pequeña definición de comunicación y queremos que el trabajador entienda y retenga correctamente lo que estamos transmitiendo, debemos tener presente las seis formas de interpretar un mensaje, también conocido como las seis ideas de un mensaje:

·         Lo que el supervisor quiere decir
·         Lo que el supervisor realmente dice
·         Lo que el trabajador escucha
·         Lo que el trabajador cree que escucha
·         Lo que el trabajador dice que escuchó
·         Lo que el supervisor cree que el trabajador escuchó.

Estas seis formas de interpretación, nos obliga a preguntar al trabajador y que nos explique que entendió, ya que en algunas oportunidades es muy distinto lo que un supervisor dice, con lo que el trabajador entiende.  Esto además nos obliga  a que debemos dar una instrucción teniendo presente la sencillez, la claridad y el entendimiento de una instrucción, por ningún motivo dejar cosas como obvias o suponer que el trabajador las sabe sin preguntarle.

Este importante dato, ya es un punto de partida clave para el supervisor, ya que si quiere que el trabajador retenga la mayor parte de lo que se le ha presentado, debe hacer participar al trabajador, mejor aún si él también es relator de alguna charla de seguridad.

Si el trabajador no sabe que decir, el supervisor o el asesor en seguridad de la empresa le puede ayudar a preparar una charla,  concentrándose en: una regla de seguridad, un problema de orden y aseo, una práctica subestándar, el análisis de un accidente, etc.


Seguramente todos los supervisores y la mayoría de los trabajadores han asistido a muchas charlas y cursos en la empresa, por lo tanto es probable que alguna vez haya escuchado a una persona que no estaba bien preparada. Posiblemente recordará que fue insoportable tener que escucharle, bostezaba y quería irse.  Lo más probable es que esa persona estaba nerviosa, no sabía que decir, se equivocaba permanentemente, repetía algunas palabras, etc.

¿Ha pensado  alguna vez que quizás algunas de sus charlas son también  insoportables para sus trabajadores?

Usted puede cambiar definitivamente esa situación  y conseguir que sus trabajadores soporten  con agrado el tiempo que usted dedica a suministrarles información. Todo lo que tiene que hacer se reduce a poner en práctica las recomendaciones siguientes.
o   Es necesario que usted  posea todos los datos  esenciales sobre el tema del que va a hablar.
o   No trate de engañar a sus trabajadores o compañeros de trabajo con datos incorrectos o falsos porque posiblemente perderá el respeto de ellos y no le prestarán más atención.
o   Datos, datos, datos, .., necesita  saber lo más posible sobre su tema,  antes de poder hablar como una autoridad.  Recuerde, se supone que usted es el que más conoce del tema a presentar.

Naturalmente habrá veces en que usted tendrá que decir, “bueno, esa es una buena pregunta, pero no tengo información al respecto,  voy a consultarla  con alguien y mañana mismo  daré la respuesta “. También, si se ha preparado bien,  tenga confianza  en su habilidad para hablar ante los trabajadores o sus compañeros, el reconocimiento inspira confianza.

Pero lo más importante de todo es que hay que desarrollar una buena habilidad para hablar ante nuestros compañeros de trabajo, para eso es fundamental la práctica.

Generalmente, todos los buenos conferencistas necesitan mucha práctica,  práctica, y más práctica. Si tiene confianza  con alguien del grupo que lo escucha,  dígale que trate  de observar los errores que  usted comete cuando habla con ellos, esto será una buena fuente de información para usted y de esa forma poderlos corregir. Especialmente corregir las “muletillas” o palabras repetidas como: eeeehhh, aaaahhh, osea, digamos, ¿me entienden?,  etc.
Las personas que se preparan  y se entrenan para hablar en público,  mejoran significativamente sus presentaciones  y logran impresionar con  mucha más efectividad a su audiencia.  Uno de los puntos que siempre se  menciona como muy importante es conocer  al grupo. Aunque sea siempre el mismo  grupo de trabajo o audiencia  a la que usted se deba dirigir, las necesidades de los trabajadores  cambian continuamente, como  cambia la vida. No dé por supuesto que conoce esas necesidades. De vez en cuando, piense si la información  que piensa darles es adecuada para  satisfacer estas necesidades.

Trate de hacer de alguna forma un contacto  sentimental con su grupo de trabajo. Esto les demostrará que usted esta interesado en ellos. Este requisito es especialmente  importante en el aspecto de la motivación. Si usted muestra interés en las necesidades  sentimentales y afectivas de su  grupo de trabajo, ésta se verá  forzada a retribuir de alguna forma su interés, y  se manifestará escuchándole con  más atención.

Nunca pierda de vista su objetivo principal cuando esté hablando. Por esa razón  de vez en cuando debe preguntarse a sí mismo,  ¿Tiene algún interés para ellos lo que les acabo de  decir o lo que les voy a decir?

Algunos supervisores tienen el mal habito de  mencionar al principio de sus  exposiciones  el punto principal  sobre  el que  van a hablar  y luego rellenan con algo inconsistente o de poco interés y terminan hablando de  algo que no tiene nada que ver con el  objetivo principal. Para evitar  este error común, es muy  conveniente  mantener en la mano, mientras  se está  hablando, un papel en el que estén de lineados escuetamente los puntos principales que se quieran tratar. Aunque lleve mucha información escrita no olvide que es una charla, no una lectura.

Periódicamente es recomendable preguntar al grupo de trabajo o audiencia si se está  siendo claro en lo que se está diciendo, y  preguntarles si tienen algo que  desearían que expusiera con más  detalle, invite a participar y dar opiniones. De esta forma se asegurará que van entendiendo,  aceptando y  asimilando los puntos principales.

Se han escrito  muchos libros sobre  cómo hablar en público con  efectividad.  En realidad, el arte de hablar  en público es un arte difícil que requiere mucha práctica. Muy pocos nacen con la  habilidad requerida para hablar en público con efectividad.  Los conferenciantes  más famosos  que ha habido  y hay  en este mundo, se han forjado y se forjan  con un entrenamiento constante.
Estos conferenciantes ponen atención hasta en los detalles más mínimos.  Saben que cualquier  interrupción y cualquier paso en falso pueden hacerle perder a su audiencia la concentración y la continuidad de la exposición.

En resumen, usted  puede conseguir que sus trabajadores hagan comentarios satisfactorios sobre sus charlas y esperen con ansiedad sus presentaciones. Todo lo que tiene que hacer es practicar, practicar, y si le queda tiempo practique.


Como ya lo dijimos, en muchas empresas la charla de seguridad o de cinco minutos es un ritual tanto para el supervisor  como para los trabajadores que la dan o la reciben.
La charla de cinco minutos se suele dar normalmente todos los días, al inicio del turno y cubre una gran variedad de temas, generalmente relacionados con el trabajo  a realizar durante el día.

Según algunas estadísticas, los trabajadores  que escuchan la charla, generalmente lo hacen con agrado.

Sin duda que con el tiempo puede variar el grado de atención de los trabajadores que escuchan la charla, para ayudar  a remediar esta situación, vamos a mencionar a continuación,  siete aspectos que deben  considerar con mucha atención,  y que les puede ser de gran ayuda si los ponen en práctica.

1.- Tema
Se debe elegir un tema que sea de interés para todos los trabajadores. Para poder elegir un tema apropiado, el supervisor o trabajador que va a dar la charla deberá examinar con cuidado  los trabajos a realizar durante el día por cada trabajador, para ver si el tema  que va a tratar tiene aplicación general. Un aspecto importante a considerar es por ejemplo, hablar de los incidentes, acciones o condiciones subestándares que ocurrieron el día anterior. No tiene ningún  sentido hablar, por ejemplo, de los peligros de la soldadura si la audiencia no realiza  trabajos relacionados con el soldar.
Para preparar el tema es recomendable  seguir el siguiente esquema:
  • Pensar,  en el tema central de la charla
  • Leer,  para informarse más del tema
  • Escribir,  aspectos importantes que se debe recordar
  • Escuchar,  lo que se sepa o haya pasado referente al tema
  • Organizar, dar coherencia a la charla
  • Practicar,  la charla para mejorar la presentación, no equivocarse o ponerse nervioso.

2.- Atención
Una de las partes más importantes de la charla es la primera frase introductoria. Sí por ejemplo, usted empieza su charla con estas palabras:
“Hoy quiero hablarles  un poco sobre el problema de las quemaduras, que es un tema muy importante, como ya lo saben  ustedes  y como les he repetido yo por lo menos en diez ocasiones diferentes…”.
Se habrá  merecido un par de buenos bostezos. Vea el efecto que le produce en usted mismo,  esta otra introducción: 
“ Ayer por la noche, cuando me dirigía a mi casa me llamó la atención unas sirenas de una ambulancia..”, ó, he estado leyendo tal revista y me llamó la atención una publicación acerca de las quemaduras, que me pareció importante y las quiero compartir con ustedes.
Puede observar  que tras haber dicho esta frase, su nivel de atención se ha elevado.

3.- Satisfacción
Ahora debe hacer algo inmediatamente con el nivel de interés que ha generado en su audiencia. Ellos esperan una satisfacción inmediata. Dígales, “ la ambulancia llevaba los cuerpos  quemados de dos trabajadores que murieron, ó, en la revista analizaba como se quemaron cinco trabajadores mientras ejecutaban su labor habitual y que es muy parecida a la nuestra, ó, por tratar se hacer las cosas más rápido se cayó del andamio. En este tercer punto  usted tiene que satisfacer las necesidades de su audiencia para que sus  palabras hagan el efecto que usted desea. 

4.- Ejemplos
Esta es frecuentemente la parte más fácil de la charla,  si ha conseguido ya la atención de la audiencia. La forma más práctica de presentar los ejemplos  es a continuación de una idea o relacionar lo que se está hablando con el trabajo propio. Los ejemplos  ayudan  a grabar mejor la idea que quiere presentar puede dar ejemplos con experiencias anteriores, de accidentes o incidentes, incluso puede preguntar a los mismos trabajadores si conocen alguna situación relacionada con el tema de la charla.

5.- Finalización
Si para de repente su presentación  y dice con desgano, “bueno, me imagino  que eso es todo … aquí termino mi charla “.  Dará la impresión de que no se ha preparado bien  y que quizás haya  algo importante que debiera haber  dicho.  El resultado será sospecha,  desánimo y disgusto. El efecto será muy  diferente si termina con estas palabras: “ si ponen en práctica lo que les he dicho, no tendrán un día que llevarles al hospital en una ambulancia por  haber sufrido quemaduras graves” o, “los invito a participar e involucrarse en cuidarse a sí mismo y a sus compañeros”, “los invito a informar situaciones que puedan provocar este tipo de accidentes, yo me comprometo a que en conjunto analicemos, para determinar las medidas correctivas”.

6.- Tono de voz
Si habla en un tono monótono  e irregular, ayudará a la audiencia a que se duerma.  Si consigue eso, no tendrá razón  para culparles,  porque usted mismo les invitó a hacerlo.  Use un tono de voz que demuestre energía, interés, dedicación  entusiasmo, y preocupación,  pero por sobre todo convencimiento y seguridad de lo que se está hablando. Durante la charla suba y baje el tono de voz, enfatice las cosas importantes. Hable más rápido y más lento, cambie su tono de voz.

 

Conclusión

1.-   Si prepara con más cuidado sus charlas y pone más vida en las mismas,  en muy poco tiempo  verá  cómo su audiencia le responde con más interés y entusiasmo.
2.-   Nunca debe olvidar  que al terminar su charla debe hacer un resumen corto de la exposición mencionando los aspectos más importantes  y dejando claro lo que usted quiso transmitirles, esto se denomina prescribir, en que debiera tratar de responder  las preguntas que cualquier trabajador se haría, ¿Qué quieren que haga? ¿Que debiera significar para mí?.
3.-   Cuando un trabajador le haga una pregunta y no sabe la respuesta, dígalo con toda sinceridad, pero también tome el compromiso de averiguar al más breve plazo.  El compromiso  debe tomarse delante de todo el grupo asistente a la charla.
4.-  Cuando un trabajador le haga una pregunta, que usted conoce, siempre antes de contestar diga ¡que buena o interesante es su pregunta!,  ¡con esa pregunta  me recordó algo  que no había dicho!
5.-  Siempre agradezca  las preguntas porque  son la instancia principal para mostrarse.  Si no le hacen preguntas  definitivamente significa que nadie entendió, o,  a nadie le interesó su charla.
6.-  Al dirigirse a una persona  hágalo por su nombre, sino lo sabe pregúntele.
7.-        Nunca lea una charla, por muchos apuntes que haya tomado, no olvide que es una charla.
8.-  Sonría y muéstrese alegre, sea positivo aún en algún tema a tratar no agradable, haga una pequeña introducción al tema explicando por qué hablará de ello, invite a hacer preguntas, recalque el punto clave.



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