Juan Carlos Cabrera, Psicólogo Industrial,
Magíster en Prevención de Riesgos del Trabajo
Director Ejecutivo Rapport Consultores www.rapportconsultores.com,
juan.cabrera@rapportconsultores.com
Conforme avanza el tiempo se van
mejorando los sistemas de control sobre seguridad y salud en el trabajo, así
como la nueva tecnología, se presentan nuevos riesgos laborales que es
necesario conocerlos para prevenirlos.
Así se presenta el fenómeno del “Teletrabajo”, con afectaciones entre
otras a la salud física, psíquica y social del expuesto.
En este escenario, el TELETRABAJO emerge
como una opción para la generación de empleo, siendo principalmente los jóvenes
que ingresan al mercado laboral, las personas de edad avanzada, las mujeres con
hijos pequeños que conducen un hogar, las personas que deben cuidar a
familiares enfermos, la gente que vive lejos de las ciudades, así como los
discapacitados, parte fundamental de esta nueva forma de trabajo que no
requiere presencia física y puede desarrollarse mediante el uso de tecnologías
de información y comunicación (TIC)[1].
Estamos viviendo una revolución digital, una revolución que está cambiando
rápidamente el modo en que nos comunicamos, entretenemos,
aprendemos y trabajamos. El Teletrabajo o trabajo a distancia, nos
permite vivir acá, trabajar allá, ganar allá y gastar acá.
En cuanto al modelo
organizativo se pueden destacar las siguientes modalidades:
·
Teletrabajo Móvil.- El trabajador se
encuentra en cualquier parte, con la condición de que se comunique con su
compañía o cliente a través de internet.
·
Teletrabajo desde
casa.- Puede ser a tiempo parcial o completo.
·
Teletrabajo combinado.- El lugar de
trabajo se alterna entre la oficina y el domicilio del trabajador.
En cuanto al uso del
teletrabajo como modalidad organizativa y de trabajo, este puede presentar una
serie de ventajas para el trabajador, como puede ser: aumento de oportunidades
de trabajo, mayor flexibilidad laboral, reducción en los desplazamientos, disminución
del estrés, conciliación de la vida laboral y familiar, etc., Empero también
puede implicar una serie de inconvenientes que pueden perjudicar en la salud
del trabajador, y que pueden ser: de
tipo ergonómico (mala ubicación física del puesto de trabajo en el conjunto de la casa,
mal equipamiento del espacio físico de trabajo, problemas de luz, temperatura, etc.);
complicaciones con los horarios (trabajar en exceso o
poco, caos en los horarios de comidas, sedentarismo, descoordinación entre el
horario laboral y los biorritmos naturales del trabajador); problemas relacionados con la vestimenta (trabajar en pijama,
no diferenciar el atuendo de las tereas domésticas con el de trabajar); distracciones probables (otros
familiares, enfermos,
teléfono, visitas inesperadas, entre otros)[2]
Se podría resumir en: percepción de soledad,
percepción de estancamiento profesional, dificultad para compaginar lo laboral
con lo familiar, escaso control institucional, problemas sociales y de
interacciones laborales empleados-empleados y empleados-superiores, y por
último desajustes entre las características idóneas para el desempeño del
trabajo y las características personales del individuo.
La falta de supervisión, lo que puede provocar, que se
trabaje en exceso o que se trabaje poco, produciendo tensión y estrés, llegando
a afectar a los horarios y ritmos biológicos. Problema de horarios,
entendiéndose exceso o déficit de horas de trabajo, adicción al trabajo en
personas con una especial actitud laboral, con excesiva dedicación de su tiempo
y esfuerzo asociado a un trastorno compulsivo e involuntario a continuar
trabajando, y con un desinterés general por otro tipo de actividades.
Medidas preventivas:
1.- Definir un área de la casa que disponga del
espacio necesario para el mobiliario de trabajo, con luz natural y que pueda
quedar aislada del resto de la vivienda, con el fin de evitar situaciones que interrumpen
el trabajo y proteger la información que se usa o la tarea que se realiza.
2.- Escoger un lugar que eviten los ruidos externos
(trafico) y los propios de la casa (visitas, tareas domesticas). Para trabajos
que requieran concentración, el nivel sonoro continuo debe ser lo más bajo
posible y no exceder de 70 dBA.
3.- La luz natural es lo más recomendable, aunque se
puede complementar con iluminación artificial.
4.- Situar el ordenador de manera que la luz natural y
la artificial incida lateralmente en la pantalla y no de frente o por detrás
del usuario, de modo que se eviten reflejos.
5.- Elegir el mobiliario de trabajo ergonómico con
apoya pies y que tenga la superficie mate, ya que se pueden producir
deslumbramientos.
6.- Seguir un plan establecido en función al tiempo y
a las necesidades de cada persona, aprovechando la flexibilidad horaria. Debe planificar
horarios, pausas y plazos de entrega para evitar exceso de dedicación y dar
lugar a una sobrecarga de actividad o crear adicción al trabajo.
7.- Realizar pausas activas o pasivas de 10 a 15
minutos cada dos horas de trabajo para contrarrestar la fatiga física y mental.
Los descansos cortos y frecuentes son mejores que los largos porque impiden que
se llegue a alcanzar la fatiga.
8.- Establecer reuniones periódicas con personas
relacionadas con la propia actividad (email, chat) para reforzar la función
social que cumple el trabajo y minimizar el riesgo de aislamiento.
9.- Intentar separar el trabajo de la familia. En
ocasiones, la familia suele ser objeto de la tensión laboral del
teletrabajador, puesto que el ámbito laboral y el familiar están unidos físicamente
y no se dispone del apoyo social que se encuentra en una empresa.[3]
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